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Con el fin de buscar aplicaciones como ventanas
inteligentes, investigadores del IFUNAM, liderados por Dwight R.
Acosta exploran las diversas propiedades de películas delgadas de
pentóxido de vanadio (V2O5), un material cromogénico con diversas
aplicaciones tecnológicas
En su artículo, publicado en mayo de este año en
la revista internacional Journal of Applied Physics, los
autores explican que existen muchas investigaciones enfocadas en el
estudio de las propiedades electro-crómicas (EC), termo-crómicas (TC)
y foto-crómicas (FC) de diversos materiales. Tales materiales no
tienen un color específico determinado, sin embargo, cambian de
color dependiendo de factores externos como la temperatura (en el
caso de los materiales TC), voltaje (en el caso de los EC), o luz
(como los FC).
Lo que hicieron los investigadores fue explorar
si ese era el caso del pentóxido de vanadio. Este material, ¿cambia
de coloración si se le somete a luz o a altas temperaturas? Para
estudiarlo, utilizaron entre otras técnicas, el método
foto-acústico, desarrollado con base en el fenómeno que Alexandre
Graham Bell descubrió hace aproximadamente unos 100 años. Bell notó
que al emitir luz sobre una muestra de selenio, éste emitía una
frecuencia que cambiaba dependiendo de la longitud de onda de la luz
que incidía sobre él y de la intensidad de la misma.
De manera que sometieron distintas muestras de
V2O5 a un láser de luz para estudiar los cambios estructurales que
tienen con el aumento de temperatura e influencias energéticas. Las
películas fueron depositadas simultáneamente en un sustrato de
vidrio, para aplicarle un láser de granate, Itrio (elemento químico
no. 39), y aluminio barnizado de neodimio, a 10 Hz con un pulso de
siete nanosegundos.
“La energía que imprime el láser sobre la muestra
es similar a que si le diéramos un martillazo, eso induce
vibraciones en el cristalito y esas vibraciones van a depender de
cómo es la estructura del material”. Las vibraciones no emiten
sonido audible, no obstante, de ser amplificado, es posible que se
escuche algo. “Lo que queremos encontrar es la respuesta del color
ante la luz”, explica Acosta.
A través de la transmisión óptica se observó que
a 250°C se exhibía un cambio insignificante. Sin embargo a partir de
los 300 a los 500°C, la transmisión de frecuencia decrece alcanzando
menos del 60% de región visible. Lo que significa que la película se
vuelve más transparente.
Se comprobó que el V2O5 un material termo-crómico
que puede ser utilizado para recubrir todo tipo de vidrio, como los
lentes con “transition” (que cambia a un color opaco en medida que
aumente el brillo del sol), en las llamadas “tazas mágicas” (con el
calor de la bebida, revelan una imagen), o como se busca en este
caso, ventanas capaces de controlar la temperatura de las
habitaciones, y como el color transparente se logra a muy altas
temperaturas, también puede controlar la luz visible.
“Cuando es verano, por ejemplo, evitan que pase
la radiación infrarroja, así el lugar no se calienta y no hay
necesidad de encender el aire acondicionado. De igual forma si es
invierno, evita que el infrarrojo salga del cuarto, manteniendo el
ambiente cálido sin necesidad de encender el calefactor. También es
posible darle otro ambiente de color a las habitaciones, para evitar
que la luz lastime la vista o en su defecto, la luz se distribuya
inadecuadamente” aclara el investigador.
Dwight Acosta declaró para noticias IFUNAM, que a
pesar de que aún falta mucho por desarrollar, se tiene planeado
seguir investigando esta relación al semiconductor-metal, que,
aunque no es el único material con el que trabaja, es el más
estable. A largo plazo, Acosta y su equipo planean elaborar
películas en muestras más grandes para probar su funcionamiento como
ventana inteligente.
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